Ada, muda de nacimiento, llega a Nueva Zelanda para contraer un matrimonio concertado con un granjero de la isla. No lo hace sola, sino con su hija fruto de su anterior matrimonio, además trae consigo su piano, que tiene que abandonar en la playa al no ser posible su desplazamiento.
Finalmente el piano es rescatado por un vecino que se hará propietario del piano y le propondrá un extraño pacto a Ada: le dejará tocarlo siempre que ella acceda a ser tocada por él.
Este es el argumento de la brillante película que no sólo te dejará fascinado por su impresionante fotografía, sino también por su guión y las magníficas interpretaciones de sus protagonistas Holly Hunter, que da a su papel de mujer muda toda clase de matices, y un Harvey Keitel obsesionado por la figura de su amante a la que venera e idolatra. Destacar también el papel de la niña por aquel entonces, Anna Paquin, y del resignado marido Sam Neill.
Inolvidable, como no, banda sonora de Michael Nyman, y junto con ello todas las metáforas poéticas y oníricas de la peli.
Enjoyyyy;)
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